Las nuevas tecnologías permiten nuevas formas de gestionar las diferentes actividades humanas, y el sector de la energía no podía ser menos. La sustitución de los viejos contadores analógicos por los digitales es la oportunidad para llevar a cabo la telegestión energética, un nuevo modelo de gestión de los usos de la electricidad que posee muchas ventajas
Hoy es imprescindible mejorar la eficiencia del consumo eléctrico y para esto son perfectos los dispositivos digitales de monitorización y control, que junto al software de gestión forman la herramienta ideal para controlar y mejorar el uso de la electricidad. La telegestión energética nos presenta, entonces, las siguientes ventajas:
–Facilita las lecturas. Podemos saber cuánto se consume y en qué momento, cuándo se inicia la actividad, cuánto dura, etc. Todo con la mayor precisión. También conocemos las incidencias en tiempo real. Esto permite solucionarlas mucho más rápido.
–Facilita la facturación. El conocimiento detallado de los consumos permite una facturación más precisa. Así tomamos mejores decisiones respecto a los posibles cambios en el uso de la red.
–Se opera de forma remota. La actividad se conoce y gestiona a distancia. Esto, que ya es cómodo de por sí, es especialmente útil en las instalaciones situadas en zonas apartadas. El uso de la electricidad puede programarse. Por ejemplo, indicando las horas de encendido y apagado de un área, edificio, establecimiento o maquinaria.
–Es versátil. Sirve para controlar máquinas, procesos, instalaciones o edificios, tanto en el ámbito doméstico como en el profesional. Los sistemas de telegestión se pueden aplicar a viviendas, edificios públicos y administrativos, hoteles, industrias, o incluso a las infraestructuras como el alumbrado público.
En definitiva, con la telegestión energética nos informamos mejor del uso que hacemos de la energía, y por lo tanto podemos tomar mejores decisiones de ahorro y eficiencia energética.