Investigadores de Suiza y EE.UU. que se inspiraron en la anguila eléctrica han desarrollado un prototipo de batería. Su característica principal es que es flexible. El modelo está impreso en 3D sobre una lámina del tamaño de un folio donde se ubican las gotas de hidrogeles de poliacrilamida.
Los electrocitos de las anguilas les permiten generar una diferencia de potencial de hasta 600 voltios de tensión para defenderse si lo necesitan. Los electrocitos diseñados por los científicos alcanzan de momento 110 voltios y dura alrededor de una hora hasta descargarse por completo.
Este prototipo, aún en desarrollo, tendría infinidad de aplicaciones, como sensores de glucosa, marcapasos o cualquier otro tipo de implante o prótesis, además de servir de generador para robots blandos o flexibles. La versión final, según los investigadores, no necesitaría corriente externa, pues recibiría energía del propio cuerpo, y estaría fabricado con materiales completamente flexibles y biocompatibles.