Primero fue la ciudad de Rhein-Hunsrück, en Alemania, en el año 2012. Después le siguieron tres de Australia y la isla española de El Hierro, que consiguió ser isla verde durante 18 días. Ahora es Canberra, situada en Australia, la que anuncia su intención de pasar a ser una ciudad cien por cien sostenible a partir del 1 de enero de 2020.
La capital australiana tiene una población cercana a los 400.000 habitantes, los cuales ya obtienen buena parte de la energía que consumen de instalaciones solares y eólicas. El Gobierno local quiere que desde el próximo año la ciudad deje atrás los combustibles fósiles y se sirva únicamente de fuentes de energía renovables para satisfacer todas sus necesidades. Este no es su único reto, ya que fuentes gubernamentales aseguran que, además de la meta de energía 100% renovable, Canberra actuará para lograr alcanzar las cero emisiones de gases de efecto invernadero netas para el año 2045.
Australia está entre los países firmantes del Acuerdo de París, que compromete a los gobiernos a abordar las medidas necesarias para reducir el calentamiento global. Un plan de acción que pasa por reducir las emisiones entre un 26% y 28% para 2030 respecto a los niveles registrados en 2005.