Aunque a veces no cuenta con toda la buena prensa que otras fuentes de energía, lo cierto es que la energía nuclear acumula grandes ventajas en cuanto a la eficiencia productiva.
Muy al contrario de lo asumido en el imaginario colectivo, la energía nuclear no genera ni gases ni CO2, lo que contribuye a frenar el cambio climático que otras fuentes de generación eléctrica acentúan al producir electricidad.
La energía nuclear funciona durante 24 horas al día y 365 días al año, a diferencia de otras fuentes, dependientes de los caprichos climatológicos.
Además de por el canal de líquidos controlados, la expulsión de residuos a través de la chimenea central -aunque a la vista pueda resultar algo espectacular- no es otra cosa que aire y vapor con un porcentaje insignificante de radioactividad, siempre muy por debajo de los niveles máximos permitidos por las autoridades internacionales, de ahí que sea una fuente fiable y segura.