Habiendo sido recientemente inaugurada por el presidente Vladímir Putin, ya está en funcionamiento la planta de licuefacción de gas de la península de Yamal. En esta zona del Ártico se encuentran las mayores reservas de gas congelado de Rusia. La mayoría de su gran producción irá destinada a Asia, excepto un 15% que vendrá a España, unos 3.200 millones de metros cúbicos, aproximadamente el 10% del consumo anual de nuestro país. Actualmente España cubre en torno al 60% de sus necesidades con el gaseoducto que hay hasta Argelia.
La capacidad de producción de esta planta es de 5,5 millones de toneladas al año, pero cuando esté finalizada su construcción surtirá el triple de esa cantidad, hasta 16,5 millones de toneladas de gas licuado al año. A pesar de que España no forma parte del proyecto, sí estará en su cartera de clientes, lo cual ha sido considerado como algo positivo por el embajador, señalando que hasta ahora no se importaba gas de Rusia, lo cual mejorará las relaciones internacionales y ayudará a diversificar y ampliar nuestras fuentes de combustible. El gas natural está considerado el puente de las energías no renovables a las renovables, por ser muy eficiente, limpio, seguro y barato.
El yacimiento de gas se conoce desde 1974, pero en aquel momento era inviable comunicar la zona por tierra o mar para construir la planta y comenzar las exportaciones. Sin embargo, con el paulatino deshielo y las nuevas tecnologías se ha hecho realidad, y a día de hoy es la mayor infraestructura ubicada tan al norte del planeta. La zona, que solo estaba habitada por los nenets (indígenas nómadas de esa zona), sus samoyedos, renos y algunos osos polares, cuenta ahora con unos 20.000 operarios conviviendo con temperaturas de 30 grados bajo cero, en un lugar al que solo tiene acceso el único metanero rompehielos construido hasta la fecha.