La crisis sanitaria derivada de la pandemia del coronavirus ha puesto, más si cabe, a los sectores esenciales bajo el foco mediático, pues es justamente en estos momentos cuando hay que garantizar una respuesta acorde a las necesidades existentes.
El suministro de energía para nuestros hospitales y para otras muchas actividades claves depende de la fiabilidad y robustez de un sistema que, en la actualidad, cuenta con todas las garantías a nivel continental. Así se ha puesto de manifiesto recientemente en la Comisión Europea, cuyos técnicos no han dejado de mantener reuniones periódicas con las diferentes autoridades para seguir de cerca la evolución de la situación en la que estamos inmersos.
La conclusión a la que se ha llegado es que en Europa no existe amenaza alguna en materia de seguridad energética, por lo que los sectores de la electricidad, del gas, del petróleo y de la energía nuclear están sobradamente preparados para afrontar los retos que se avecinan.