El aislamiento térmico en los hogares es uno de los principales puntales para ganar terreno en cuanto a la consecución de eficiencia energética. Si bien es cierto que la sustitución de sistemas energéticos por otros de tecnología inteligente es algo así como la colocación de la primera piedra en el objetivo de reducir el consumo, también es cierto que un aislamiento deficiente puede dar al traste con la buena voluntad de aquellos que persiguen alcanzar tan nobles objetivos.
De esta forma, ¿qué hay que tener en cuenta para conseguir un correcto aislamiento? Lo primero en lo que debemos reparar es en las ventanas. Son buenas opciones aquellas que cuentan con un doble o triple acristalamiento y gas inerte entre las diferentes cámaras.
No solo las ventanas son una vía de escape para poner en riesgo nuestro objetivo de eficiencia energética, pues las paredes, suelos y techos también pueden ser todo un obstáculo en nuestra particular encomienda. En este sentido, lo más recomendable es la instalación de un suelo de madera maciza, al ser el que tiene un mayor índice de aislamiento. En el caso de paredes y techos, siempre y cuando no se pueda intervenir en el exterior, existe la ventajosa opción de implementar pinturas térmicas. Todo ello hará que podamos aprovechar al máximo exponente los cambios tecnológicos introducidos en el hogar para reducir el consumo energético.