En la carrera a un 2030 más verde y sostenible, Extremadura encabeza las listas siendo una de las comunidades más comprometidas, al llevar ya más de 3000 megavatios instalados en instalaciones fotoeléctricas y con miras a superar las 10000 instaladas.
Se trata de un objetivo que requiere de nuevos modelos de producción, impulsados por proyectos como las megaplantas y algunos proyectos de autoconsumo. Ambas suponen herramientas útiles para alcanzar un desarrollo óptimo del territorio, considerando siempre el producir un mínimo impacto ambiental, y también un impulso para la eficiencia energética y el empleo de la región. En otros territorios como en Cataluña, las ayudas para autoconsumo y almacenamiento de energía ya han recibido más de 13.700 solicitudes en lo que va de año, un alud de interés por parte de la población y empresas para beneficiarse de las ventajas de dicha energía. Otro ejemplo es la Ikea, la tienda escandinava de muebles y decoración que ha sido remarcada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) como una de las siete mejores empresas en el uso de energía fotovoltaica gracias a sus paneles solares.
Para Extremadura, el Gobierno autonómico ha presentado las nuevas ayudas para instalaciones de autoconsumo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), las cuales disponen de un presupuesto de 13,9 millones de euros. El objetivo de estos fondos es que sirvan de impulso en los hábitos sostenibles de los extremeños en la producción y en el uso cotidiano de la energía. Se trata de una convocatoria plurianual, que estará abierta durante este año 2022 y el próximo 2023, compuesto de seis programas de incentivos según la actuación a subvencionar.
En Grupo Laura Otero sabemos que estas ayudas (destinadas a ciudadanos particulares, comunidades energéticas, comunidades de propietarios, empresas, entidades sin ánimo de lucro e instituciones públicas) suponen un impulso importante para el desarrollo extremeño y que nos ayudarán a destacar, beneficiando a otros sectores como son el turismo, la agricultura o la ganadería en el proceso de implementación de dicha transformación energética.