En los últimos años se han instalado en Europa unos 4,5 millones de estufas y calderas de biomasa de alta eficiencia. Estos equipos y los más de 315.000 profesionales han permitido que se fomente el uso de la biomasa de origen local y que se haga de forma sostenible.
Las previsiones europeas del sector apuntan a un crecimiento del número de instalaciones en los próximos años, al mismo tiempo que también se prevé una mejora de la eficiencia energética, con el fin de generar más energía con la misma cantidad de materia.
Y es que la biomasa va ganando presencia en el mix energético español. Las nuevas estufas y calderas han experimentado un crecimiento en estos últimos años, y el motivo es debido a el ahorro económico que supone frente al gasto en combustibles de origen fósil. Estas redes de calefacción han facilitado los procesos de descarbonización. Pues este tipo de energía tiene el potencial de ofrecer soluciones significativas y rentables ante la demanda de calor, sin ningún tipo de limitación técnica.
El uso de esta energía como combustible garantiza el suministro a largo plazo. Además, cuenta con óptimas condiciones para el control de emisiones, especialmente aquellas chimeneas de calderas independientes que han sido sustituidas por modernas instalaciones.