Hoy tratamos un asunto que preocupa a muchos de los usuarios, como es el consumo de energía en los meses de verano. En esta publicación os presentamos algunos consejos prácticos propios de la economía doméstica que pueden generar un ahorro en la factura.
Para reducir la temperatura de una vivienda, un método práctico es el de la instalación de toldos en las ventanas, a la vez que se corren las cortinas. Se evita así la penetración directa del sol, con su consiguiente disminución de temperatura.
Aire acondicionado: La regulación a una temperatura fija de 24 grados centígrados es una buena técnica para evitar grandes picos de consumo que se generan a temperaturas más bajas. Además, por salud, es la temperatura recomendada en verano, pues se deben evitar en todo caso los cambios bruscos de temperatura.
En el caso de no tener aire acondicionado, el ventilador puede ser una opción más que aceptable. Consume poca energía y el movimiento del aire hace que la sensación térmica disminuya.
Son algunos consejos útiles y apropiados para una época del año en la que luchar contra el calor no tiene por qué ser sinónimo de aumento en la factura eléctrica.