La semana pasada han tenido lugar dos fechas marcadas en el calendario energético, el 21 de octubre tenía lugar el Día Mundial del Ahorro energético, y unos días más tarde, el 24 de octubre, el Día internacional del Cambio Climático. Eventos para concienciarnos sobre pequeños gestos que repercuten en un futuro mejor.
Se trata de fechas establecidas para hacer denuncia social y mostrar a la opinión pública temas, situaciones o datos que desconocen, o aquellos que no reciben el debate que merecen. Y es que, a pesar de que vivimos en un mundo cada vez más digitalizado y global, en multitud de ocasiones la población parece estar cada vez más desconectada. La pobreza en términos generales y también la energética, es una situación en la que intentan sobrevivir cientos, miles y millones de personas en el mundo. Desde un país occidental y desarrollado como en el que vive la mayor parte del planeta resulta complicado a veces girar la vista y ser conscientes del otro mundo que nos rodea. Pero en fechas como las mencionadas es preciso mostrar algunos datos significativos.
Entre estos tenemos una meta definida desde el 2015 mediante los Objetivos del Desarrollo Sostenible, más específicamente con el objetivo número siete (ODS7): Energía asequible y no contaminante. Las cifras reflejan que el 2030, fecha marcada como objetivo para lograr estos hitos, está cada vez está más cerca, y el camino que queda por recorrer es más largo que el tiempo restante. Algunas agencias internacionales, como la OMS (Organización Mundial de la Salud), la Agencia Internacional de la Energía, el Banco Mundial o las Naciones Unidas, participan en la elaboración de un informe para conocer en detalle el progreso energético. Y algunos de los datos que reflejan son alarmantes, como que tan sólo dos países suman casi 30 millones de personas sin luz, un recurso básico, necesario y fundamental para vivir o sobrevivir.
A pesar de las dificultades que entraña combatir o cambiar la situación de estas personas, sí que está al alcance de cualquiera, al menos, intentar crear un futuro más sostenible. Desde que Laura Otero fuese fundada a finales del siglo XIX, en este grupo empresarial hemos sido partícipes y seguiremos promoviendo el desarrollo socioeconómico de nuestra comarca y de buena parte de Extremadura gracias a nuestro buen hacer en materia energética.