Además de la inversión cada vez mayor en las energías renovables, existen otros caminos para realizar la transición energética. Se tratan de pequeños gestos y desarrollos concebidos bajo el prisma del Ecodiseño.
El ecodiseño consiste en la incorporación de los aspectos ambientales a la hora de llevar a cabo el desarrollo de un producto, desde su propia concepción con el objetivo de mejorar la calidad del producto final, reducir costes y obtener un producto sostenible. Es por tanto que en el Medio Ambiente tiene la misma importancia que el resto de valores aplicados a la producción de un producto.
Un producto ecodiseñado permite además reducir la huella ambiental a la vez que contribuye a integrar una consciencia medioambiental dentro de la actividad empresarial. En su proceso de desarrollo estampa también dicha filosofía en clientes y consumidores, construyendo y reivindicando un valor de marca. Con esto se consigue que en la construcción de productos y servicios se reduzca al mínimo el impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida.
Este proceso facilita la reintroducción en el mercado de materias primas que de otra forma serían desechos potenciales. En España, este compromiso lleva más de dos décadas instaurado en muchas empresas. Según el VII Plan Empresarial de Prevención (2018-2020) de Ecoembes, en los últimos tres años 2.193 empresas en España han aplicado 9.380 medidas de ecodiseño. Se estima un ahorro de más de 49.000 toneladas de materias primas solo entren 2019 y 2021. Existen diversas técnicas y fórmulas que las empresas van adoptando y hay una parte muy importante en investigación, desarrollo e innovación a la hora de concebir un producto que se ajuste al ecodiseño. Desde embalajes reciclables, accesorios sostenibles o la selección de las materias primas utilizadas en los propios productos y todas aquellas soluciones que la imaginación permita adaptar para elaborar como resultado final un producto ambientalmente responsable.
Es un concepto que en Grupo Laura Otero apoyamos al beneficiar de diferentes formas tanto a los usuarios, la sociedad y a las empresas por igual, debido a que responde al interés común de obtener productos eficientes económica y ambientalmente. Al valorar la sostenibilidad y la huella desde el proceso de investigación y desarrollo se obtienen productos integrados en las nuevas filosofías de respeto medioambiental; tan necesarias en estos momentos.