Cuando el maestro Rodríguez Pinilla definía el himno regional de Extremadura y hacía una oda hace más de tres décadas al aire limpio, las aguas puras… y que nuestros cielos se llenaban de banderas, verdes, blancas y negras… pareciera ahora que esta fuera un visión de futuro, un designio natural que traspasa el cromatismo de la enseña extremeña para plasmarse en un propósito inmediato en el que nuestra Comunidad Autónoma parece copar las altas posiciones en cuanto a generación de energías limpias.
Todo ello gracias a las más de 3.000 horas anuales que el sol irradia sobre las plantas fotovoltaicas instaladas en suelo regional y que según los datos de 2020 supusieron un total de 1.300 megavatios de nueva generación, una cantidad cercana al 25% del conjunto a nivel nacional. Si a esto sumamos las nuevas instalaciones eólicas y que Extremadura es la tercera Comunidad Autónoma que produce energía a partir centrales hidroeléctricas, el objetivo de alcanzar en 2030 que el 100% de la electricidad que se genere provenga de fuentes renovables, está cada día más cerca.
El hallazgo de nuevas reservas de minerales en la región supone además un nuevo aspecto clave hacia ese desarrollo sostenible, ya que algunos de ellos son fundamentales en la industria de la movilidad eléctrica.
En Laura Otero seguiremos apostando por ese futuro verde y sostenible que siga inundando nuestros cielos de aire puro, debido en buena parte a la desaparición paulatina de los combustibles fósiles en pro de las energías renovables.