En la comparativa entre la nuclear y las renovables, las energías limpias ya ganan claramente en términos de rentabilidad y capacidad de producción energética, además de que los reactores nucleares son cada vez menos económicos y no neutralizan las emisiones de CO2 con la misma eficacia y rapidez que las formas de generación limpias. A todo esto, se le debe sumar que los costes de dichas fuentes han aumentado un 23%.
Estos datos se ponen de manifiesto en el Informe de la Industria Nuclear Mundial (WNISR, por sus siglas en inglés), donde se expone que las renovables son superiores en términos de competitividad a la energía nuclear. De hecho, a mediados de este año, los nuevos generadores eólicos y solares ya competían con centrales ya existentes en lo que a costes se refiere. Por no mencionar que la capacidad de generación de los primeros también crece más rápido que la de cualquier otro tipo.
Por último, destaca también otro informe presentado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), donde exponen que las procedentes de dichas fuentes son la opción más económica entre las disponibles, incluso sin subsidios. Todo esto hace que las nuevas energías sean claves como origen preferente, por costes y para frenar el impacto causado al medio ambiente.