Hay que tener en cuenta que el transporte es uno de los mayores emisores de partículas contaminantes y gases de efecto invernadero. Por ello, desde el Consejo y el Parlamento Europeo, se insta a una transición energética para que en el año 2030 se reduzca un 40% el volumen de emisiones con respecto a los niveles registrados en los años ’90. Una medida es limitar paulatinamente los gramos de CO2 por kilómetro que emiten los vehículos que se fabriquen, aunque la Comisión de Transportes esperaba una reducción mayor.
El diesel ya se considera tecnología obsoleta, a pesar de seguir fabricándose y vendiéndose por millares. Los vehículos eléctricos se han declarado oficialmente como la tecnología a implementar y que son el futuro a corto plazo, sin embargo en Europa apenas hay desarrollo de este sector de la automoción en comparación con otros países que están a la vanguardia de dicha tecnología.
Por ello se pretende fomentar la fabricación de vehículos eléctricos en Europa, pues China, India, Japón y Estados Unidos son quienes se disputan el liderazgo de este sector. Desde la Comisión Europea permitirán a los fabricantes decidir sobre las tecnologías que aplicarán para conseguir los objetivos fijados sobre emisiones, pero se aportarán unos mil millones de euros para desplegar puntos de carga para vehículos ecológicos y para continuar las investigaciones en mejorar las baterías eléctricas.