Este próximo domingo, motivado por una directiva europea, entrará en vigor el horario verano, por lo que habremos de adelantar los relojes una hora. En dicha madrugada del día 26 de marzo, a las 02.00 serán las 03.00 horas.
No fue hasta la I Guerra Mundial cuando el cambio horario se dio a gran escala, motivado principalmente por Alemania, que fue el primer país en aprobarlo para reducir las horas de iluminación artificial y por consiguiente ahorrar en un material como el carbón, que sería valioso en tiempos de guerra. Con el paso de los años, y sobre todo con la aprobación de Estados Unidos tras la II Guerra Mundial, esta política gubernamental ha sido una constante en todo el mundo.
En el caso de España, que ya de por sí tiene 60 minutos de adelanto respecto a su localización geográfica desde su aprobación en 1940, cuando pasó a usar GMT+1, una hora adelantada respecto al meridiano que le corresponde, el cambio de hora permitirá pequeños ahorros energéticos en el consumo doméstico e industrial, aunque la eficiencia energética propiciada en los últimos años hace que en la actualidad los picos de ahorro disten mucho de ejercicios pasados. En el caso de nuestro país, se prevé que la reducción ocasionada pueda alcanzar un 5% del total. Una repercusión que también jugará en favor del factor medioambiental.
