Como responsabilidad social corporativa, se entiende aquella actitud que conforman las acciones mediante las cuales una empresa o entidad contribuye, de manera voluntaria y activa, a la mejora de las condiciones sociales, ambientales y económicas del entorno en el que actúa. Unas de las principales actividades de este tipo son los patrocinios deportivos, que están al alcance, incluso, de pequeñas y medianas empresas y reportan los siguientes beneficios:
– Asocian el nombre del patrocinador a valores positivos: cualquier empresa que patrocine a un deportista o un club deportivo asociará su nombre o marca a valores como el esfuerzo, la superación o la competitividad
– Garantizan la presencia en los medios: un patrocinio deportivo permite que el nombre de la empresa patrocinadora aparezca en los medios cada vez que el patrocinado es noticia.
– Beneficios fiscales: son cuantiosos y figuran en la Ley 49/2002, de Régimen Fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo.
En nuestro caso, Grupo Laura Otero presta su patrocinio a la AD Miajadas, el equipo de voleibol representativo de la localidad, que compite en Primera Nacional.