A partir de este próximo 1 de enero, no habrá cambios en el tramo fijo de la factura de la luz, tal y como ya ocurriese en 2015 por decisión del Ministerio de Energía.
Cabe destacar que la parte regulada de la factura supone en torno a un 40% del recibo total. En este apartado se incluyen servicios como el transporte de la electricidad, la distribución o la gestión del operador, a la vez que sirve para paliar el déficit de años anteriores. Los impuestos tampoco cambiarán.
Con este escenario, cualquier variación que se registre en el precio de la luz tan solo dependerá de la negociación del coste de la electricidad en el mercado mayorista. Y se reflejaría en la parte del consumo de la factura, que influye en un 30% del total.