En una región como la extremeña, eminentemente agrícola, los cultivos energéticos constituyen uno de los pilares básicos para generar desarrollo sostenible. Hablamos, concretamente, de aquellas especies vegetales de rápido crecimiento que se plantan con el objetivo de su recolección para la obtención de energía o como materia prima para la obtención de otras materias combustibles.
Esta política ofrece importantes ventajas medioambientales, como un balance neutro en las emisiones de dióxido de carbono, la ausencia de emisiones sulfuradas o nitrogenadas, así como la obtención de productos biodegradables, como bien detalla de la Agencia Extremeña de la Energía en un dossier que contiene las principales líneas maestras.
Los cultivos energéticos disminuyen, del mismo modo, la dependencia externa del abastecimiento de combustibles y requieren numerosa mano de obra agraria, por lo que este factor se alza como ventaja socioeconómica en las diferentes comarcas, al ser una gran oportunidad para el sector agrícola.
En Grupo Laura Otero estamos sumamente concienciados con este tipo de actuaciones, hasta el punto de que gestionamos la planta de Biomasa de Miajadas, en la cual siempre fomentamos un origen local y comarcal.