El Gobierno ha actualizado el RITE para contribuir a alcanzar el objetivo de mejorar la eficiencia energética mediante la reducción del gasto de la energía primaria. Esta medida obliga principalmente a que los edificios de gran consumo marquen el camino para convertirse en construcciones inteligentes con la consiguiente disminución en la emisión de gases de efecto invernadero.
La norma, que obligará a la justificación de sistemas más convencionales de generación térmica en detrimento de aquellos más sostenibles y eficientes, ahonda en la necesidad de impulsar a las grandes edificaciones, de nueva creación o a reformar, en espacios que optimicen el consumo de energía destinada a calefacción y refrigeración con la incorporación de renovables. El nuevo reglamento se adapta además a las últimas normativas europeas que fomentan el uso de estas energías para dicho fin.
Desde Laura Otero consideramos que esta actualización contribuirá a mejorar la calidad del medioambiente, a la vez que los nuevos sistemas que se implanten consigan ahorrar energía y usarla de forma más acorde para atender a la demanda de bienestar y seguridad de las personas.