La humanidad lleva adorando al astro rey desde sus orígenes. Desde luego a todos nos viene bien tomar el sol ya que la producción y absorción de vitamina D es clave para el desarrollo de los huesos. En el caso de los edificios y transportes públicos, “tomar el sol” se convierte en un aporte extra de energía. De hecho, esta costumbre de aprovechar sus rayos se está implementando rápidamente en diferentes áreas de la sociedad.
Por ejemplo, una nueva regulación ha determinado que, en el año 2020 en California, todas las nuevas edificaciones que se construyan deberán incorporar placas fotovoltaicas. A pesar de que la medida va en contra de la política general del Gobierno de EE.UU. con respecto al cambio climático, su eficiencia ha sido demostrada. Esta decisión pionera mostrará al resto de estados un modelo enfocado hacia la transición energética.
Por otra parte, en Australia ya existe el primer tren propulsado por un sistema de captación solar. Construido sobre una antigua locomotora diésel, este medio de transporte enfocado a ser una atracción turística, de baja velocidad y corto recorrido, es otra muestra de un sistema de éxito que transmite conciencia ecológica.