La naturaleza es sabia. Es algo que hemos oído siempre y que hoy, a la luz de un estudio realizado por científicos de las Universidades Autónomas de Madrid y Girona, el Instituto de Investigación Química y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, podemos asegurar que el dicho es un hecho.
Una alternativa a los combustibles fósiles es el almacenaje de energía solar en forma de energía química limpia. Dicho proceso es el que realizan las plantas gracias a la fotosíntesis: almacenan la energía solar en forma de combustible químico (azúcares).
Con esta idea en mente, los científicos se han inspirado para diseñar un material con el cual, a semejanza de la fotosíntesis, usarían la luz del sol para facilitar la producción de hidrógeno de manera masiva.
Este proyecto presenta desafíos como minimizar la energía desperdiciada en el proceso y la escasez de elementos que cumplan con las funciones de mediador en la formación de hidrógeno. De todas formas, los científicos aseguran que una vez acaben y comprueben la viabilidad del estudio, sus resultados podrían aplicarse a usos industriales tales como la depuración salina de aguas.