Para Europa no es un sueño tener un sistema eléctrico donde más del 50% de su demanda sea cubierta por energías renovables. Al contrario, se trata de una meta. Por ello, el sistema eléctrico europeo debe implicarse de manera notable, haciendo de las energías renovables un papel clave.
El primer paso para ello es el firme compromiso de la UE de conseguir un 32% de su energía de dicha procedencia antes de 2030. La cuota de energía en el consumo final bruto fue del 17,52% en 2017, lo que supone un buen dato teniendo en cuenta que, en 2020, la UE debería cumplir con el 20%.
Por ello el proyecto EU-Sysflex tiene por objetivo encontrar un equilibrio que garantice sostenibilidad en los servicios de refrigeración, calefacción y transporte. Se trata de un proyecto que ya cuenta con un plan de acción a largo plazo en el que se tratará de identificar tanto necesidades como deficiencias técnicas del futuro sistema eléctrico para escenarios con más de un 50 % de FER-E (cuotas sectoriales de fuentes de energía renovables para electricidad).
Formado por gestores de redes de transporte (GRT), gestores de redes de distribución (GRD), proveedores, proveedores de flexibilidad y empresas de servicios energéticos de 15 países europeos. Ahora se encuentra ahora en la mitad de su recorrido y trabaja en siete demostraciones a escala industrial para poner en práctica sus servicios de flexibilidad en gestión energética.